Ramallo en alerta: paro médico en el Hospital Gomendio agudiza la crisis salarial y política Los médicos del Hospital José María Gomendio llevaron adelante un paro de 48 horas en reclamo de aumentos salariales y por la falta de respuestas concretas en las mesas paritarias. La medida, impulsada por el gremio CICOP, paralizó la atención en consultorios y centros de atención primaria, aunque se mantiene el servicio de guardias y policlínicos para casos de urgencia. El conflicto, que ya viene de meses atrás, se profundiza a raíz del estancamiento en las negociaciones con el municipio de Ramallo. A pesar de las convocatorias oficiales, los profesionales denuncian que no hubo avances reales que contemplen la pérdida del poder adquisitivo que afecta a sus salarios. Desde el municipio de Ramallo, calificaron el paro como “infundado” y señalaron que CICOP no asistió a una reunión clave del 20 de mayo sin presentar justificativos. En contraposición, los gremios STMR y SOEM manifestaron su apoyo a los médicos, considerando agotada la instancia de conciliación obligatoria y avalando las acciones sindicales. El subsecretario de Recursos Humanos, Claudio Gentili, insistió en que el Ejecutivo cumplió con las convocatorias paritarias y reprochó la falta de participación del gremio. Sin embargo, la realidad salarial de los médicos continúa con una pérdida constante de poder adquisitivo, obligándolos a trabajar horas extras para cubrir sus gastos mínimos. La situación tensiona la relación entre los trabajadores y el gobierno local, mientras la comunidad de Ramallo permanece expectante ante un sistema de salud que sigue expuesto a paros y conflictos que pueden afectar la atención pública. Esta problemática resalta la necesidad urgente de un diálogo abierto y efectivo para evitar que la crisis sanitaria y laboral se profundice, en un escenario donde la salud pública está en el centro de la atención. Redacción de Diario NORTE HOY Opinión pública: La comunidad médica y los gremios locales sostienen que la persistencia del conflicto refleja no solo una crisis salarial, sino también una falta de voluntad política para abordar una problemática estructural. En Ramallo, la presión social crece y exige soluciones concretas que eviten una escalada mayor, en defensa de la salud pública y los derechos laborales.