El domingo 8 de junio, en horas del mediodía, falleció Eulogio Rafael Martínez, de 68 años. Su familia, que convive con él en la vivienda donde ocurrió el deceso, aún espera una solución para el traslado del cuerpo, que permanece sin movimiento más de 24 horas después. “Él se descompuso y mi sobrino le avisó a mi hermano”, relató Silvia Pierotti, hija de Martínez, pasadas las 20 horas del domingo. Según explicó la mujer, cuando su hermano llamó a la ambulancia, los profesionales informaron que no podían llevar el cuerpo porque el hombre ya había fallecido. La policía también acudió, pero al tratarse de una muerte natural, no intervino en el traslado. La familia intentó comunicarse con el municipio, donde un agente les confirmó que se harían cargo del pago del cajón y de la parcela en el cementerio local. Sin embargo, nadie pudo indicarles cómo gestionar el traslado o qué pasos seguir para darle una despedida digna a Martínez, generando incertidumbre y frustración en sus allegados. “Recién fui a la Comisaría, pero no pueden hacer nada”, expresó Pierotti, quien además destacó la confusión con respecto al certificado de defunción, documento indispensable para cualquier trámite, que le informaron solo podrá ser entregado cuando el cuerpo sea trasladado. Este medio consultó a diversas fuentes, pero la respuesta fue unánime: la familia debe conseguir recursos propios para movilizar los restos, ya que la cochería que habitualmente contrata el municipio para sepelios sociales no se hizo presente, a diferencia de otros casos similares. Esta situación expone una preocupante deficiencia en la asistencia municipal para casos de fallecimientos en contexto social vulnerable, dejando a familias en la incertidumbre y la desesperación ante la burocracia y la falta de acompañamiento. Diario NORTE HOY  Opinión pública La falta de respuesta rápida y eficiente por parte del municipio frente a situaciones tan sensibles como la muerte de un vecino pone en evidencia la urgente necesidad de revisar los protocolos y recursos destinados al acompañamiento de familias en duelo, evitando que el dolor se agrave con trámites y dilaciones que deberían estar claramente estipulados y facilitados.