La visita del presidente Javier Milei a la inauguración de un templo evangélico en Resistencia, provincia de Chaco, generó un intenso debate tanto en la esfera política como dentro de las comunidades religiosas. Mientras algunos interpretaron la imagen del mandatario entre cánticos y oraciones como un acercamiento estratégico hacia un sector en crecimiento —los evangélicos ya representan cerca del 20% de la población argentina, según datos del CONICET—, no todos comparten esta visión. El pastor Marcelo Vitrano, líder de la Iglesia Dios es Amor en San Nicolás, ofreció una mirada crítica y razonada sobre el episodio. Para Vitrano, si bien la Iglesia debe mantener abiertas sus puertas a todas las personas, incluso al presidente, esto no implica un apoyo político explícito. “Milei no deja de ser un político, y todo le sirve”, afirmó el pastor, señalando que algunos principios en el discurso presidencial coinciden con valores bíblicos fundamentales, como la defensa de la vida, la familia y la ética. Sin embargo, aclaró que esto no convierte ni al mandatario en una figura religiosa ni a la Iglesia en un instrumento político. Hospitalidad, no alineamiento Vitrano marcó una clara distinción entre hospitalidad y adhesión. “La misión de la Iglesia no es recibir presidentes en el templo, sino ganar almas”, dijo con firmeza, subrayando que el foco debe mantenerse en la fe y en el servicio a los más necesitados. El pastor agregó: “Jesús nos enseñó a ayudar al necesitado, al pobre. La Iglesia Evangélica estuvo, está y estará sirviendo en la calle, como debe ser”. Para él, la política no debe interferir en la esencia del trabajo religioso. Discernimiento frente al discurso político Respecto al uso político de la fe, Vitrano advirtió sobre la necesidad de discernimiento: “Cualquiera puede utilizar un versículo para justificar lo que quiera. La Biblia dice que hay que examinar todo y retener lo bueno”. Si bien evitó entrar en polémicas respecto al pastor anfitrión del evento en Chaco, reconoció que existen distintas formas de hacer iglesia, y reafirmó que recibir una visita presidencial no debe confundirse con un respaldo total. Un llamado a la reflexión Finalmente, Vitrano aseguró que recibiría a Milei en su iglesia con las precauciones del caso, siempre cuidando que el mensaje central de la fe no se diluya en agendas políticas. “Estamos para servir en la calle, no para hacer política desde el templo”, concluyó. La participación del presidente en el acto religioso reavivó el debate sobre el rol que debe ocupar la religión en la esfera pública y cómo las iglesias evangélicas navegan esa línea, entre la hospitalidad y la instrumentalización política. Diario NORTE HOY