En medio de una negociación aún informal pero de fuerte impacto político, el kirchnerismo transita un proceso de transformación con vistas a las elecciones de octubre. La figura de Cristina Kirchner vuelve a ser el epicentro de una estrategia que combina la ampliación de su base electoral con la disputa por el control del poder legislativo en la Provincia de Buenos Aires. Uno de los puntos centrales es la postulación de Máximo Kirchner para presidir la Cámara de Diputados bonaerense, una decisión que genera tensiones internas y divide a los principales actores del Frente Peronista. Mientras Cristina apuesta por consolidar el liderazgo familiar en la Tercera Sección electoral, Axel Kicillof busca construir alianzas que permitan frenar a la oposición y fortalecer su espacio en el territorio provincial. La «ecdisis» del kirchnerismo, como la describen en los pasillos del poder, refleja la necesidad de cambiar la piel para crecer, dejando atrás estructuras rígidas y generando nuevas fórmulas que incluyan voces renovadas y hasta figuras del mundo artístico. Sin embargo, la disputa por las candidaturas, especialmente en el Conurbano, marca un desafío para la unidad del espacio. El escenario político se complica con la carrera hacia la ampliación de la Corte Suprema, un objetivo estratégico para Cristina Kirchner, que busca asegurar un bloque legislativo favorable que le permita impulsar reformas judiciales. Este proceso está íntimamente ligado a las alianzas que se definan en las elecciones de septiembre y octubre, donde tanto el Frente Peronista como La Libertad Avanza y el PRO negocian acuerdos para maximizar sus resultados. Según fuentes consultadas, las tensiones no solo se limitan al plano electoral, sino que se reflejan en ausencias significativas en actos y en desacuerdos sobre la conducción política que Cristina Kirchner parece controlar desde la sombra, con un fuerte protagonismo mediático y en las redes. El futuro político bonaerense también está marcado por el rol de intendentes clave y la incorporación de figuras jóvenes en las listas, como parte de la estrategia para renovar la representación y responder a la crisis de confianza de la clase media. En paralelo, la oposición redefine su alianza con miras a un desafío conjunto en las urnas. Opinión: La jugada de Cristina Kirchner y el kirchnerismo para las elecciones de octubre pone en evidencia una apuesta fuerte a la recuperación del poder político desde el control de las cámaras legislativas y la Justicia. Sin embargo, las divisiones internas y la creciente irrupción de actores externos, como Milei y el sector libertario, anuncian una contienda electoral marcada por la incertidumbre y la redefinición del mapa político nacional. La ecdisis peronista, en definitiva, será clave para comprender el futuro inmediato del gobierno y la oposición. Diario NORTE HOY