Una brutal escena de violencia sacudió la noche del jueves en pleno centro de San Nicolás. Dos hombres se enfrentaron en la intersección de las calles Nación y Don Bosco, en un hecho que incluyó golpes, amenazas y el uso de una picana eléctrica. La víctima, que ya había denunciado reiteradas agresiones desde 2017 por parte de su cuñado, terminó herida nuevamente y teme por la integridad de su familia. Según relató el denunciante, los episodios violentos comenzaron hace años y se intensificaron en el último tiempo. "Me atacó con una picana y me pegó en la calle. Mientras hacía la denuncia, mi esposa me llamó para avisar que habían roto el vidrio de la puerta de casa", explicó. Además, recordó un hecho de 2017 donde su agresor le habría dado 27 puntazos con una tijera mientras esperaba en un semáforo. La víctima sostuvo que los ataques incluyeron la destrucción de bienes, amenazas de muerte y roturas en el domicilio familiar, poniendo en riesgo a su esposa y sus hijos. A pesar de haber conseguido una orden de restricción, aseguró que esta nunca fue respetada. "No hubo soluciones concretas. Vivimos con miedo", señaló. Más allá de las instancias penales, este tipo de situaciones también está contemplado dentro del Código de Convivencia y Faltas del Partido de San Nicolás. Sancionado en 2021, el código busca promover una mejor calidad de vida y convivencia ciudadana. El artículo 98 del capítulo III –bajo el título “Protección Integral del Ser Humano”– establece que toda persona que participe en una agresión física en la vía pública, además de las sanciones judiciales, puede recibir una multa de entre 5 y 500 módulos. Actualmente, el valor de cada módulo es de $5.990,42, por lo que las sanciones por este tipo de hechos pueden oscilar entre los $29.952 y los $2.995.210. La autoridad competente para aplicar esta sanción es el Juzgado de Convivencia y Faltas. Desde el juzgado recordaron que se trata de una legislación moderna que busca adaptarse a los tiempos actuales. “La última ordenanza de faltas databa de 1982. La sociedad cambió, y era necesario regular esas nuevas conductas”, indicaron. El Diario NORTE HOY consultó además a especialistas en convivencia urbana, quienes señalaron que este tipo de sanciones económicas también pueden complementarse con trabajos comunitarios y otras penas accesorias, priorizando el resarcimiento social. Este caso vuelve a poner en debate la necesidad de prevenir y abordar con urgencia las agresiones en ámbitos públicos. Cuando los vínculos personales no encuentran canales de resolución, la violencia se instala como única respuesta, afectando no solo a los involucrados sino también al entorno social que presencia o sufre las consecuencias. Una comunidad en paz también se construye con normas claras, justicia activa y una firme decisión política de proteger a quienes son víctimas de la violencia cotidiana. Redacción del Diario NORTE HOY