Una comisión de la ANMAT detectó a fines de 2024 múltiples irregularidades en el laboratorio Ramallo, relacionado con Ariel García Furfaro, antes de que se produjera la tragedia por fentanilo adulterado que ya provocó 97 muertes. La documentación oficial, sin embargo, recién se presentó en febrero de este año. La inspección, realizada entre el 28 de noviembre y el 12 de diciembre de 2024, identificó deficiencias críticas en la Gestión del Sistema de Calidad Farmacéutico, incluyendo validación de procesos, documentación, producción, recursos humanos, depósitos y control de calidad. El acta O.I. N° 2024/3332-INAME-677 subraya que “los incumplimientos comprometen la calidad, seguridad y eficacia de los productos elaborados”. A pesar de estas alertas, días después se produjo el fentanilo adulterado que desencadenó la pérdida de vidas. La ANMAT había indicado que el laboratorio no podía continuar con su actividad hasta subsanar las deficiencias y obtener la correspondiente Carta de cierre, la cual debía detallar acciones correctivas y presentarse en un plazo máximo de 10 días hábiles. Ahora, las críticas se centran en la responsabilidad de la ANMAT por no haber dado continuidad a las alertas y no clausurar los laboratorios HLB Pharma y Ramallo S.A., lo que podría haber evitado la tragedia. La contaminación de las ampollas con Klebsiella pneumoniae MBL y Ralstonia pickettii subraya la gravedad de la situación. Este caso plantea un fuerte debate sobre la supervisión de laboratorios farmacéuticos en Argentina y la necesidad de reforzar los controles sanitarios para prevenir futuras tragedias. Con información de Noticias Argentina y Micaela Cendra. NORTE HOY