San Nicolás sumó una nueva postal nocturna a su paisaje urbano: la monumental cúpula del Santuario de María del Rosario ahora brilla con una iluminación que realza su imponente arquitectura. La intervención se inauguró a pocos días de un nuevo aniversario del acontecimiento mariano que marcó un antes y un después en la vida religiosa de la ciudad. El Santuario, considerado uno de los templos más importantes de Argentina y de América Latina, incorporó un moderno sistema de iluminación que destaca cada línea de su estructura principal. La cúpula, de 27 metros de diámetro y revestida en cobre chileno, alcanza los 62 metros de altura y está coronada por una cruz, convirtiéndose en un faro visible incluso desde la autopista y diversos sectores de la ciudad. Más allá de su impacto visual, la iluminación potencia el valor simbólico del templo, incentiva el turismo religioso y fortalece el sentido de pertenencia de los ciudadanos. Como ocurre en templos y edificios patrimoniales de todo el mundo, la luz revela detalles arquitectónicos antes invisibles, resignificando la relación entre la comunidad y su entorno espiritual. Ubicado a orillas del río Paraná, el Santuario nació como respuesta a la visión de la Virgen revelada a la vidente Gladys Quiroga de Motta en 1983. Desde la colocación de su piedra fundamental en 1987, la construcción avanzó por etapas gracias a la colaboración de fieles de todo el país. Hoy, puede albergar a 9.000 personas de pie y su diseño en forma de cruz latina sigue siendo un emblema del esfuerzo colectivo de la comunidad. El interior del templo también refleja un trabajo minucioso: 1.152 piezas de hormigón blanco conforman un revestimiento casetonado con símbolos marianos, como el anagrama “AM” y la Cruz. El tambor de columnas con ventanales permite el ingreso de luz natural, que ahora se complementa con la nueva iluminación, resaltando aún más la grandeza del edificio. El Santuario de María del Rosario no es solo un lugar de culto: es un centro cultural y turístico que recibe millones de peregrinos anualmente, consolidándose como uno de los santuarios marianos más importantes de América Latina. Su emplazamiento paisajístico, junto al Campito, permite la realización de misas multitudinarias al aire libre, especialmente en mayo y septiembre. Con la inauguración de esta iluminación, la cúpula del Santuario se transforma en un nuevo ícono de la ciudad, reforzando su identidad cultural y ofreciendo un espectáculo nocturno que puede apreciarse desde diversos puntos de San Nicolás. Esta intervención, que combina arte, fe y tecnología, refleja cómo un patrimonio religioso puede convertirse en un símbolo urbano reconocido por toda la comunidad, consolidando aún más el rol del Santuario en la vida de los nicoleños. NORTE HOY
