La situación política en la provincia de Buenos Aires cambió drásticamente en las últimas horas tras la decisión de la Corte Suprema que confirmó la condena de Cristina Fernández de Kirchner. La expresidenta enfrentará arresto domiciliario, un hecho que impacta de lleno en la estrategia del gobernador Axel Kicillof, quien ve recortado su margen de autonomía en plena negociación electoral. Hace apenas dos semanas, Kicillof lanzaba con éxito su Movimiento Derecho al Futuro (MDF) ante más de 40 mil militantes en La Plata. Con el peronismo dividido y la expresidenta en segundo plano, el gobernador se perfilaba como la referencia principal del kirchnerismo bonaerense. Todo se desmoronó en cuestión de días. Primero, Cristina se reactivó políticamente anunciando su candidatura a diputada provincial, y luego llegó el mazazo judicial que derivó en la confirmación de su condena. Hoy, el peronismo se encolumna en su defensa y cualquier gesto de autonomía por parte de Kicillof sería interpretado como una traición imperdonable. Incluso sus propios aliados le exigen disciplina. Testimonios de referentes cercanos revelaron a NORTE HOY que el gobernador ha sido objeto de desaires y destrato por parte de sectores cristinistas. Fue ignorado en reuniones clave, abucheado en encuentros partidarios y marginado de la foto de unidad que sí integraron Sergio Massa, Guillermo Moreno y otros dirigentes de peso. Con Cristina detenida, la prioridad de la dirigencia peronista es blindarla simbólicamente. Mayra Mendoza y Anabel Fernández Sagasti, dos voces influyentes, marcaron la cancha pidiendo gestos de "generosidad" y deslizando críticas veladas a las decisiones de Kicillof sobre el desdoblamiento electoral. Los plazos juegan en su contra: si recién se retoman conversaciones después del 21 de junio, quedarán apenas tres semanas para definir alianzas y poco más de un mes para cerrar listas. Un margen exiguo para recomponer heridas profundas mientras el liderazgo real se mantiene en manos de la exmandataria, convertida ahora en una mártir para la militancia. En este contexto, analistas consultados por NORTE HOY coinciden en que el único horizonte para Kicillof es resistir en silencio y sostener su capital político de cara a 2027. Sin Cristina en competencia y con un PJ que inevitablemente deberá renovarse, podría volver a levantar cabeza. Pero hoy, cualquier movimiento que huela a autonomía puede ser su condena política. Redacción del Diario NORTE HOY Opinión pública: Más allá de la gravedad institucional que implica que una expresidenta cumpla condena, muchos peronistas de base consideran que la victimización reforzará la identidad kirchnerista a corto plazo. El desafío de Kicillof será sobrevivir políticamente a esa marea emocional sin dejar de ser visto como el heredero de un liderazgo que, con o sin prisión, Cristina se niega a soltar.